Category Archives: Curramba

El muelle se ha quebrado con que lo pegaremos…

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Hablar sobre como Barranquilla y los barranquilleros se(nos) han(hemos) quedado en el cuento de la bacanería , la Puerta de Oro de Colombia y el mejor vividero del mundo y hemos dejado de pensar en actuar en función de mantener esos estatus de forma real y no como simples imaginarios es, probablemente, sembrar discordia y ganarme unas cuantas mentadas de madre (so pena de unas cuantas “que se ha creído este pendejo recién llegado criticando esta vida y la otra”).

Da igual, no ando haciendo amigos estos días.

Cosas y casos como la reciente caída de un importante trecho del muelle de Puerto Colombia, otrora el más largo del mundo, me llevan a pensar cuan poco nos importan los espacios de referencia y cuan expertos somos en armar revoluciones y quejas cuando ya no hay nada que hacer.

Ahora todos lloran la caída del muelle y crean sendas revoluciones que seguro importan poco a las autoridades quienes son, al fin y al cabo, las únicas que pueden hacer algo en lo que a la reconstrucción del espacio respecta. Autoridades para quienes, dicho sea de paso  y  como ya dije, la opción más fácil es dejar que todo se caiga y no prestarle atención hasta las próximas elecciones cuando todos se darán golpes de pecho y sacarán billeteras para reconstruir lo irreconstruible (y de paso robarse unos millones más).

Aun así es de resaltar que aparezcan movimientos como el que se creo a partir de los grupos de Facebook “EL MUELLE DE PUERTO: VIVO EN NUESTRA MEMORIA”  y “EXIGIMOS EL ARREGLO Y RECUPERACIÓN DEL MUELLE DE PUERTO COLOMBIA” , que lograron reunir a un activo grupo de gente en la plaza de Puerto Colombia el pasado jueves 26 de marzo, para,  a través de un acto reivindicativo-cultural con fotos, videos y hasta una obra de teatro, tratar de llamar la atención de los políticos y de la población en general.

Yo asistí al acto por trabajo, por interés, por la simple mirada y porque me dio la gana y en el pude ver como las personas comentaban entre si la falta que haría el muelle, los amores que surgieron en el, el trabajo que dio a muchas personas, la importancia histórica que tenía para nuestra ciudad… en fin,  nostalgia pura y dura  que no sirve sino para alimentar el recuerdo colectivo y que no levantará al muelle.

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Sólo resta esperar que al menos la REACCIÓN-ACCIÓN-CORAZÓN EN CADENA POR EL MUELLE DE PUERTO COLOMBIA logre a futuro que, tal y como dice Giselle Massard, una de las organizadoras del evento, los ciudadanos  se empiecen a expresar “a través de las diversas herramientas virtuales, a través de nuestras fotos y nuestros videos, y de todas las formas creativas que se nos ocurran para dejar constancia de lo que ha pasado y de lo que no queremos que se repita más.” Porque ya es hora de entender que “la participación ciudadana es un derecho y que la expresión pacífica de las ideas, a través del canal que sea, es necesaria para evolucionar nuestro espíritu como pueblo.”

Sigo creyendo que para mejorar nuestro estatus como sociedad deberíamos empezar a ser más de acción que de reacción, pero probablemente tenga rabo de paja; aun así, ya es importante que algunos ciudadanos quieran hacer oír su voz y que usen las herramientas que nos da la tecnología para hacerse sentir.

Y eso que dicen que una golondrina no hace un carajo…

*fotos por Martha Herrera

Desde mi balcón

[blip.tv http://blip.tv/play/ga9E8pcWAA]

Cuando me venía de BCN dije que así como allá había retratado la realidad, los espacios que recorría, los eventos a los que iba ahora que volvía a Colombia seguiría haciéndolo.

Pero no contaba con el poco tiempo que me dejan mis nuevas labores, aun así la mano me pica, la cámara me sonríe desde su estuche y me pide que grabe algo, que cuente cosas, que retrate mis nuevos espacios vitales, que les diga a ustedes al oído en donde estoy, que hago, como vivo.

En fin, que así como antes las abuelas miraban y chismoseaban a los vecinos desde su mecedor, este fin de semana empecé a mirar por el balcón de mi apartamento, pasó gente, carros, el sol… esto es lo que vi.

Créditos musicales: Sola/ Gabriel Barraza/ http://myspace.com/gaboozono

Leer ¿y eso pa’ que?

Una de esas infundadas leyendas urbanas que se expande, hoy más rápido que nunca, entre el imaginario de la gente es que si lees en un vehículo en movimiento se te puede dañar la vista porque se desprende la retina o no se que historias medicas totalmente infundadas.

En BCN siempre leía en el bus, en el metro y en el tren, no leía en la bici por mero cuidado de no ir a atropellar a un catalán pero de resto leía en cualquier vehículo en movimiento SIEMPRE y aparte de alguna dioptría mínima o máxima que ya tenía con anterioridad todo sigue en su puesto.

Aun así pretender mantener la costumbre de lectura en un Kra 54- Uninorte, UrbaPlaya o Granabastos-Cra 72 es como mínimo una locura, los buses brincan de un lado al otro, el chófer acelera en espacios donde no debe y frena en los que debería acelerar, el tumulto de gente, en fin, son tantas razones que intentar mantenerse concentrado en la revista más simple sería complicado no digamos cualquier lectura que necesite dos dedos de frente mas.

Aun así lo intento, hoy me encontré otro impedimento.

– Señor puede prender la luz por favor – le dije al “amable” chofer después que apago la luz roja, discotequera, mínima, que llevaba el bus y que le subiera todo el volumen a la canción de los Diablitos del vallenato que cantaba a viva voz.

¿Leer? ¿a estas horas? ¿y eso para que o que? – fue su contestación.

Así vamos.

Permiso, yo me bajo aquí…

Leer ¿y eso pa’ que?

Una de esas infundadas leyendas urbanas que se expande, hoy más rápido que nunca, entre el imaginario de la gente es que si lees en un vehículo en movimiento se te puede dañar la vista porque se desprende la retina o no se que historias medicas totalmente infundadas.

En BCN siempre leía en el bus, en el metro y en el tren, no leía en la bici por mero cuidado de no ir a atropellar a un catalán pero de resto leía en cualquier vehículo en movimiento SIEMPRE y aparte de alguna dioptría mínima o máxima que ya tenía con anterioridad todo sigue en su puesto.

Aun así pretender mantener la costumbre de lectura en un Kra 54- Uninorte, UrbaPlaya o Granabastos-Cra 72 es como mínimo una locura, los buses brincan de un lado al otro, el chófer acelera en espacios donde no debe y frena en los que debería acelerar, el tumulto de gente, en fin, son tantas razones que intentar mantenerse concentrado en la revista más simple sería complicado no digamos cualquier lectura que necesite dos dedos de frente mas.

Aun así lo intento, hoy me encontré otro impedimento.

– Señor puede prender la luz por favor – le dije al “amable” chofer después que apago la luz roja, discotequera, mínima, que llevaba el bus y que le subiera todo el volumen a la canción de los Diablitos del vallenato que cantaba a viva voz.

¿Leer? ¿a estas horas? ¿y eso para que o que? – fue su contestación.

Así vamos.

Permiso, yo me bajo aquí…

Vía (¿o frente?) 40…

Erda loco, yo cogí al man del cuello, le pegue una que cule de trompa y el man se fue de culo. Se iba a levantar dizque a sacar la pistola, pero yo le dije que me matara, que se metiera a loco pa’ que viera. y eso que mis pelaos habían sacado el bate, es que yo siempre llevo un bate de aluminio ahí detrás por si cualquier vaina porque Rentería me hubiera quedado pendejo.

La típica conversación que necesita uno al mediodía para reposar el almuerzo, venía por todo la circunvalar después del almuerzo con la gente de Jamar y me tocó el infaltable taxista parlanchín.

– ¿Aja pero que fue lo que hizo que le pegaras al man? – Le pregunté, ya resignado a tener que aguantar sus historias, mitad mentira y mitad realidad.

Nombe loco es que ahí por la 72 con vía 40 había una alcantarilla destapada y botando esa agua de mierda, eche y yo le dije al man que le bajara a la velocidad y pasa ese desgraciao en bola de mierda y me coge y me pringa todo a mi y al pasajero. Cogí yo y me le pegue detrás y a dos cuadras me los alcance y lo cerré, me bajo, le pego un botinazo a la puerta y lo bajo de una sola trompa.

Es mediodía, justo me monté en uno de los pocos taxis sin aire, hace calor, pero el entusiasmo con el que cuenta su anécdota me hace prestarle atención.

– Aja ¿y que pasó después?- le pregunto, sin tener de otra.

Ombe el man tuvieron que quitármelo, yo me lo quería comer vivo es que creen que por son del IMPEC (una fuerza policial) pueden hacer hasta pa’ vender y eso no es así compadre. Yo no me dejo echar vainas de nadie ni como de pistolitas, nojoda buen monte que lleve yo, fusil al hombro.

El tipo sigue echando sus historias, al ver mi interés se emociona y me empieza  a contar otra.

– ¿Ves este diente que me falta?, me lo saco un policía –
Me dice mientras me muestra una boca rota, llena de dientes negros que hace que se me revuelva el estomago.

Esta nueva historia no se porque se ve seguramente más ficticia que la anterior, en esta el se va comiendo un mango, pasa un policía a su lado y se cae y la termina cogiendo con el, le dice dos palabrotas y este se baja y le pega una trompada a lo que el policía le responde pegándole con el casco, pero casualmente su hijo es policía y llega al llamado del otro policía y “lo que sea con mi papa es conmigo.”

Me gusta la gente que sabe contar historias.  Mejor si se las cree de tanto repetirlas.

– ¿Aja y en donde fue que combatió ud.? – le pregunto con curiosidad después de la tercera vez que hace enfasis en que el no le tiene a la muerte porque ya se la ha tropezado varias veces.

¿Yo?, en los montes de María, en varias partes más pero eso eran otras épocas cuando estaba Rishon LeẔiyyon en las FARC.

http://thebandchoice.com/albums/all-songs-are-performed-in-all-line-up-options/ Vaya.

La vía 40 es una vía muy larga y muy sola, el almuerzo ya no me está cayendo tan bien,  yo estoy muy desadaptado a estas realidades, sean ficticias o sean reales… como la vida misma.

Almorzando en Jamar

La importancia de los medios digitales, del Internet como canal de ventas y de las redes sociales como espacio dinamizador de la información no tiene ninguna duda.

Hoy en día las personas hablan de las marcas, de sus experiencias con ellas y de cómo fueron tratados por la marca y sus responsables. Curiosamente la gente sólo comenta lo malo, es decir, si yo adquiero un producto o servicio, si pago por él, lo menos que espero es que se me brinde un servicio o producto optimo por lo que como mucho lo recomendaré  a una o dos personas más y pare de contar. Por el contrario si mi experiencia con la marca no es agradable, si tengo problemas, si no me tratan como mis expectativas de cliente me dicen que me deben tratar no cabe duda que al menos a 10 personas les comentare mi descontento y esas 10 les contaran a 5 más cada una y esas 5 a 3 más y así… si suman da un número interesante de gente que conocerá esa experiencia negativa de una persona igual que ellos y por ende con toda la credibilidad del caso.

Fue así que después de la desagradable experiencia inicial con muebles Jamar expresé mi descontento y lo compartí no con 10 personas sino con toda mi red social que incluye los lectores de mi blog, todos mis contactos de Facebook y los followers de mi perfil en Twitter. El poder de las redes sociales no tienen ningún asomo de duda, contextualizando, tenemos que  la fuerza y el poder de convocatoria se puede reflejar nada mas con un ejemplo: la marcha mundial contra las FARC organizada desde Facebook.

Mi red social se encargó de mover el mensaje que escribí sobre mi experiencia con la compañía y nada mas publicado ya estaba convertido en FWD y mensaje reenviado en Facebook. A decir verdad no era mi intención que esto ocurriera, sólo con ver el estilo de redacción de la nota se percibe que era más un desahogo que una queja formal, aun así caló hondo en parte de mi red social supongo por un sentimiento de cercanía y de verse reflejados en los grandes fallos que a veces cometen las grande compañías contra los clientes y lo poco que hacen algunos para resarcir estos fallos.

El hecho fue que el lunes a mediodía me contactaron del departamento de marketing de Jamar para conocer un poco más de mi caso y entender que podría ser lo que había fallado en todo el proceso de mi experiencia como cliente de su empresa.

Por un lado me pareció bastante llamativo lo pronto que reaccionaron a mi queja virtual lo que me pareció una señal de que la empresa estaba pendiente de lo que sus clientes dicen, pero por otro  no me gustó que fuera una reacción después de  una queja, es decir que reaccionaran en vez de actuar por delante. Mejor dicho, si no hubiera escrito nada me hubiera quedado con la espera y ya está, un cliente descontento mas. El hecho fue que hablando con las personas encargadas de el área de marketing me comentaron que la empresa venía haciendo una serie de procesos internos a través de los cuales pretendían mejorar las estructuras internas y de logística de la empresa de tal forma que impases como el que me ocurrió a mí se redujeran al mínimo.

Para comentarme más sobre sus procesos y sobre todo para oír mi caso en primera persona me invitaron a almorzar el día siguiente (martes) con el consejo general de directivos y los encargados de las áreas afectadas para encontrar las oportunidades de mejora y fortalecer sus procesos. Por experiencias pasadas trabajando en atención al cliente me pareció una oportunidad única de compartir mi malestar con los “mandamases” y de paso explicarles algunos detalles mínimos  de las redes sociales  y su poder de convocatoria para que los tuvieran en cuenta a futuro.

La cita fue a las 12 del mediodía en sus oficinas centrales. Hicieron una breve introducción de la problemática,  me presentaron a todo el equipo y directamente me invitaron a contar mi experiencia sobre todo resaltándome que querían que les dijera cuales habían sido los puntos fundamentales en los que fallaron.

La historia completa  supongo la leyeron en el post anterior por lo que no la voy a repetir pues les conté exactamente lo mismo, en cuanto a los puntos fundamentales de fallos les recalqué una vez más que lo que menos me importo fue que se tardara o no la entrega de los muebles (que obviamente si me molestaba) mi mayor molestia y el mayor fallo para mí en cualquier tipo de compañía fue que nunca me contactaran ni me hicieran saber en qué estado estaba mi orden o porque no llegaban mis muebles. Una empresa nunca debe dejar de lado a los clientes, nunca se puede perder el contacto ni esperar que sea el cliente el que contacte y una y otra vez para que le den información de qué está pasando con su solicitud.

La charla estaba muy planificada, tenían un gran plano, día a día,  de todo mi proceso como cliente y habían detectado cuales habían sido las fallas en cada momento, la charla fue amena y distendida, no hubo nunca  un reclamo o una invitación a quitar lo escrito con anterioridad, de parte del equipo solo hubo preguntas para mí y de mi parte recibieron respuestas y sobre todo consejos para tener en cuenta a futuro, porque los usuarios de hoy en día no se quedan callados, no mastican todo lo que les dan sino que tienen un mayor componente critico hacia las empresas, los invité a escanear de vez en cuando que se estaba diciendo de su empresa afuera, que se valieran de google, de otros buscadores, de las redes sociales, de sus mismos clientes para saber que estaban haciendo mal y que podían mejorar;  hoy día que la opinión de uno ya no se queda en los vecinos de la cuadra sino que gracias a internet, las redes de contacto y toda la tecnología a la que tenemos acceso en la actualidad traspasa fronteras  y viaja a la velocidad de la luz.

Y es que con la actual crisis mundial las empresas tienen que cuidar cada vez más a sus clientes y por ende escuchar más lo que estos tienen que decir. Explorar en la red, escuchar, escuchar y escuchar, no tienen de otra si quieren mantener activo su mercado.

Para finalizar me dijeron que esperaban que mi percepción de la empresa cambiara, yo les dije que había que darle tiempo al tiempo, al menos tengo claro que la próxima vez que vaya a comprar con ellos contacto primero a los de marketing  y voy con ellos de la mano a la tienda, seguro que me llevan los muebles al día siguiente. 

Como esperar por 4 semanas sin perder la paciencia o No compren en Muebles Jamar

Esta vez no hay prosa ni verso, no vengo a contarles rollos mentales ni a mostrarles mi último video, hoy vengo a decirles: ni por el carajo compren en Muebles Jamar.

No suele ser este  un espacio para ganar batallas contra las grandes corporaciones como suele hacer el amigo Patton, pero a veces toca al menos usarlo como un espacio virtual para quejarse y hacerle saber a los demás la manera como ciertas empresas abusan de su monopolio para pordebajear al cliente como si en vez de estar endeudándose hasta el cuello le estuvieran regalando algo.

Como recién llegado al país después de más de 4 años fuera, me ha tocado cumplir con el ritual de buscar casa  y obviamente amoblarla, armar este espacio desde cero -porque lo que dejé cuando me fui ya tiene dueño- cuesta, no pensemos en el coste monetario que de ese ya me encargo yo mes a mes pero pensemos en lo que cuesta  ir a este almacén, al otro, escoger todo, en fin esa es una historia larga que si acaso otro día cuento.

El hecho es que para empezar me centré en lo imprescindible y necesario, un juego de cuarto, un buen colchón y una sala (ya el comedor la tía angelita se había encargado de proveerlo) y fui a uno de los pocos “grandes almacenes” de muebles que hay por estas tierras curramberas: Muebles Jamar.

Cuando llegas a un sitio donde desde la puerta te avasallan a punta de avisos de “llevéselo por sólo $6.000 de cuota inicial” “no pague hasta junio” y así sucesivamente uno piensa este es el sitio, variedad de estilos, facilidades de pago, el cielo, mejor dicho.

Cuando llegas al mostrador te das cuenta de la utopía, las promociones son sólo si pagas de contado, a los créditos les hacen más análisis que a las bombas de destrucción masiva de Saddam -sin contar con los elevadísimos intereses que cobran- y los “no pague hasta…” se convierten en PAGUE PAGUE PAGUE.

Da igual, yo llevaba buenas referencias por parte de mi trabajo y en principio no hubo problema para la aprobación del crédito. “Ud. no se preocupe señor (¿señor? WTF) Ángel que el martes tiene sus muebles en la casa” me dijo el “amable” vendedor. Han pasado 3 semanas desde ese día y todavía estoy esperando los muebles. Es decir, si por Muebles Jamar y sus maravillosos  empleados fuera yo seguiría 3 semanas después durmiendo en una colchoneta en el suelo y con un dolor de espalda ni el HP.

Suerte que yo no es que me queje, es que actuó, después de la primera semana de retraso me fui a otra tienda y compré mi cama, mi colchón y sanseacabó, ni por error voy a dormir mal por culpa de la ineptitud de una empresa que no le importan sus clientes: Ni una llamada, ni un contacto para explicar porqué carajos no han enviado 3 pendejos muebles. Igual deje sin mover el tema a ver cuanto tardaban en contactarme y nada.

Claro está, no pienso hacer ningún tipo de comparación con BCN y el servicio al cliente porque no viene al caso, el hecho es que he llamado, he gritado, he ido a las oficinas, he pedido por los jefes, he pedido por los dueños, hasta por Papa Noel pregunté a ver si él me podía ayudar y nada.

El sábado pasado fui a que me devolvieran todos los pagarés firmados para anularlos, en el área de atención al cliente había 4 parejas delante de mí, todas iban a reclamar algo. “me tardaron en llevar el juego de comedor 3 semanas y cuando llegó estaba rayado”, “no me han llevado el juego de cuarto de mi bebe y ya van 5 semanas, ya hasta pagué la primera cuota”, “vengo a cancelar esa vaina, estos creen que uno es pendejo para esperarlos por siempre”, lo curioso es que por la puerta principal no dejaba de entrar y entrar gente a comprar, ¿es que nadie se queja o qué?

Cuando me toco mi turno le dije a la encargada de atención al cliente que quería cancelar el pedido, enseguida, muy rápidamente,  se dispuso a hacerlo -ojala fueran tan veloces para las entregas, pensé-, me la quedé viendo muy molesto y sólo le dije, “me vas  a suspender el pedido sin siquiera preguntarme el porqué”. su respuesta fue de esas de antología “ahh si Ud. me dice que se lo cancele yo se lo cancelo, yo no me voy a poner a pelear con Ud.” INCREIBLE.

Al final, después de conversar un rato, de pedir disculpas vacías que siempre van a saco roto y de ofrecerme esta vida y la otra, me dijo que anularamos el juego de cuarto y que me enviaban el juego de sala, el lunes a primera hora. Teniendo en cuenta lo que tardan los papeleos para solicitar cualquier cosa y que estos ya estaban aprobados les dije que perfecto que el lunes esperaba esos muebles.

Es viernes, son las 4 de la tarde y mi sala sigue vacía,  llevo 2 horas llamando  a su centro de atención y al vendedor y en ninguna de las dos partes recibo respuesta;  es que aunque al perro no lo capan dos veces , a veces…

Qué acción emprendo -aparte de la obvia de volver a cancelar el pedido- no lo sé, de hecho no sé si haya algo que hacer o si hay algún estamento donde quejarse y decir, gracias a estos inútiles no he terminado de reubicarme en mi espacio. Al menos que quede constancia en estas líneas que las empresas no le importan los clientes sino su plata, de resto que se las ingenien como puedan. Gracias MUEBLES JAMAR por entrenar mi paciencia, gracias.

Y Uds. que leen esto, ni por error se les ocurra meterse en las garras de este lobo feroz.

No se, por ahora me desahogué.

Nueva ecuación – Muebles Jamar = ineptos

Y contando…

Dos frases me dijeron.

– Eso es como la velocidad del sonido y los aviones supersónicos. El cuerpo va adelante y el sonido va detrás… hasta que lo alcanza y uno entiende todo.

– ¿Estas feliz? o no has tenido tiempo de darte cuenta si lo estás.

Las dos frases vinieron de un amigo y una amiga, los dos desde el otro lado del charco, los dos colombianos, los dos con toda la razón y se refieren a mi proceso de adaptación de vuelta a mi realidad en Colombia.

Ya ha pasado poco más de un mes desde mi decisión de volver por tierras colombianas y entre la salida a toda velocidad de BCN y la llegada a mayor velocidad a Barranquilla a asumir un gran numero de responsabilidades, aun no he tenido tiempo de sentarme a divagar y pensar sobre el momento actual que vivo en mi vida, que quiero, de dobnde vengo y para donde voy.

40 días, es extraño que en tan poco tiempo cambien tanto las cosas, las maneras como se ve, como se vive, como se disfruta, como se reconoce, como se muestra, como se potencia TODO. Es extraño que en tan poco tiempo las frases, los espacios, los olores, los sonidos, los sabores ya sepan de nuevo a lo que sabían. Es extraño también que tan poco tiempo parezca tanto tiempo en distancia con toda la vida, la gente y las cosas en BCN. Pero toca dejar de colgar, toca caer, toca aterrizar y entender que esa fue la decisión, ahora estoy aquí y aquí estoy y aquí me quedo, al menos por ahora.

En un mes he viajado de vuelta, reencontrado a la familia, saludado gente, reconocido espacios, asumido nuevos roles, equipado un nuevo espacio vital donde vivir, descansar, soñar e inventar, aprendido nuevas experiencias, reencontrado viejas amistades con derechos y sin ellos, asumido nuevos retos, reinventado una vez más mi estilo de vida, entendido que las cosas llegan cuando deben llegar, aterrizado… no eso todavía no.

En fin, es curioso, desde que se me da por pensar más de lo que debo vivo más feliz y al mismo tiempo más preocupado, un amigo me decía el otro día que se notaba que “las Europas” lo cambian a uno porque veía en muchos de mis escrito mucha pensadera y “eso no está bien compadre, eso no está bien”. Entendí que para él -y para muchos- pensar las cosas, darle vueltas al ritmo en que se vive, sopesar, divagar, a veces estresarse por lo que fue y por lo que viene es sinónimo de algo malo. Y no, eso sí que no. Eso no puede ser…

Qué es lo que tiene, el carnaval de curramba…

El ñato mama ron hasta en la sopa, maizena, espuma y mascaras de marimonda en cada esquina,la ciudad paralizada en un sólo sentir: A carnavalear a carnavalear que el mundo se va acabar.

Todos empeñan hasta lo que no tienen para -durante 5 días- olvidar las penas o encontrar unas nuevas, pan para hoy hambre para mañana dirá alguno, que carajo, cogela suave y bailate una cumbia, un chandé o un porro sabanero; jolgorio, alegría, guachafita, desorden, cada uno interpreta y actua las carnestolendas según sus intereses.

Ya todos empezaron a alistar su mascara de marimonda para pasar desapercibidos, la bota llena de ron blanco y aguardiente, la boleta del palco, la camisa de flores  y el sombrero vueltiao… el ajuar carnavalero que permita vacilarla hasta que el cuerpo aguante.

Carajo, se prendió el carnaval, ya el miercoles de ceniza hablaremos, el guayabo fisico y moral nos dirá que tan buenas fueron las fiestas en honor a Momo o al ñato que parece es la nueva figura carnavalera a exaltar…

Yo aprovecharé mi carácter de recien llegado, casi turista, para bailar hasta las propagandas, tamboras, cumbia y frias van frias vienen formaran parte del mandato carnavalero que me he autorizado disfrutar. Ya después vendrá la desconexión…

Lo dice el ñato… Oye ñato y ¿por que mamas tanto ron hombe? por que el ron mato a mi padre y yo tengo que acabar con el ron.

Cinco días de maizena, parranda, baile y exaltación de esa gran cultura caribeña…

Carnaval de Barranquilla, quien lo vive es quien lo goza y mejor si es en la arenosa.

La luna de Barranquilla tiene algo que …

[blip.tv http://blip.tv/play/ga9E6+VZAA]

En estos días es inevitable mirar todo con otras ópticas, en el día a día todo parece nuevo y diferente aunque en realidad sólo sea una mirada distinta (gracias @allyfar)   incluso observo y disfruto cosas que antes ni reparaba en mi cotidianidad. Como diría Juan Luis ni es lo mismo ni es igual.

Los cables se atraviesan, la brisa loca parece que quisiera tumbarla pero ahí sigue:  la luna de Barranquilla es chiquitin chiquitita según canta Juan Piña, pero a mi no me parece chiquita me parece una tronco de luna…

Una mirada variada, una mirada distinta, nuevos lentes con que mirar espacios iguales… sólo espero no se empañen, al menos no tan pronto.