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“Videoblocaires” Reportaje en TVE

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Videoblocaire es la forma como se denomina en catalán a los videobloggers o videocreadores para la web.Todo el mes de diciembre  Antonio cortes, un realizador de Televisión Española (TVE), nos estuvo siguiendo con su cámara a Munyoki, Zitun, Tognasi, Ginatonic y a mi para mostrar el día a día de varios videocreadores para la red; la razón: videoblocaires, un reportaje para el programa Granangular.cat que se emite en La 2 de TVE cada sábado a partir de la 11.30 pm.

El sábado pasado fue la emisión y ya está al aire en su web; según palabras de su realizador en el reportaje se “presenta a cinco personas de diferentes edades y estilos que han creado su propia plataforma de difusión audiovisual a través de internet. La intención, la motivación, la pasión y la finalidad de hacer su propia televisión son algunas de las cuestiones que se abordan”

Para mi estos detrás de cámaras fueron una gran despedida de BCN, en mi caso Antonio además de entrevistarme en la linea del tranvía y en mi piso lleno de maletas a medio armar -un par de días antes de volar rumbo a este lado del charco- se “coló” en dos grabaciones de capítulos de Habitantes de Babel (con Queca de Italia y con Juan de Argentina) y vio desde su mirada como es una grabación desde la óptica de los videocreadores web.

No se pierdan el reportaje, está muy bueno.

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Castellers

[blip.tv http://blip.tv/play/ga9E6eAyAA]

Este es uno de esos videos que grabé, use una parte y después le fui dando largas a la edición del video completo. Pero al final le saqué el rato y lo edité. Supongo que el tema es valido para estas fechas de nostalgia en contravía.

Los castellers son una tradición típica de los países catalanes en la que grandes grupos de gente, denominadas collas, arman grandes castillos humanos.

Es una tradición muy colorida por el acompañamiento musical y por la altura que alcanzan los castillos.

Este evento en específico lo grabé hace ya un tiempo en la Plaça Sant Jaume de Barcelona pero nunca había sacado el tiempo para editarlo.

más información de los castellers en este link.

De 5º a 30º a 11 mil Km por hora… adeu Barcelona

Tranquilos, no es otra broma de día de inocentes.

El reloj de la farmacia marca 5º en la fría noche de Barcelona, en menos de una semana estaré deseando ese frío cuando esté muriéndome de calor en los 30º de Barranquilla, Col.

Supongo que ya muchos lo  saben, lo último que he escrito estos días lo llevaba implicito, me voy a vivir a Barranquilla.

Creo que la vida es una sucesión de reinvenciones y a mi me gusta reinventarme y cambiar de registro cada vez que puedo. El nuevo cambio es profesional, me voy de Barcelona por una nueva oportunidad laboral, a partir del viernes 30 de enero seré el nuevo profesor titular en el área de comunicación audiovisual de la Universidad del Norte, mi alma mater.

Un cambio que se viene planeando hace ya un año largo pero que ha venido a definirse en el último mes, he ahí el porque de mi intespestivo viaje.

Pues eso, este sábado 24 de enero a mediodía estaré montándome al avión que me llevará de vuelta a mis orígenes. ¿Miedo? ¿expectativas? ¿dudas? muchas, muchisimas, no fue una decisión fácil de tomar pero la tierra llama y las ganas de hacer cosas también.

A los amigos de BCN espero poder despedirme de todos, aunque se que por lo pronto que es la partida seguro me quedaré sin verme con algunos. Lo bueno es que no me voy del todo de BCN, ciudad que aprendí a querer y que me llevo en el corazón, al menos una vez al año estaré volviendo a retomar las tutorías de mi tesina doctoral así que no me voy del todo, sólo me prestán por un ratico…

Gracias a todos los que estuvieron a mi lado en esta aventura que empezó como una estancia de 7 meses y ya va por 4 años y pico, una etapa en la que crecí como profesional pero sobre todo como persona.

A ti Y. aunque te niegues a montarte en ese bus al Prat te agradezco todo lo que hiciste, todo.

Es por esto que dada la cercanía de mi viaje aparte de paquetes y envíos esta semana recibo cubatas/cervezas/cafés/regalos de despedida. Nos seguimos leyendo. Cualquier cosa tienen mi teléfono (los que se van a despedir me refiero)

Nos vemos en Curramba, La Arenosa, el mejor vividero del mundo

Novia bonita, novia más bonita

En Internet la gente lee en horizontal y no en vertical, está estudiado y se nota, la mayoría de gente lee titular, dos frases y las opiniones de los demás sobre cualquier tema y se lanza a dar su opinión preconcebida sobre el mismo.

Que porqué pienso esto en este justo momento… pues porque soy loco supongo o porque más tarde lo veré reflejado, yo que se.

El hecho es que siempre toca tomar decisiones y en esas decisiones aparece la duda, el que hacer, hacia donde mirar, que pierdo ¿A o B?…

Es una situación muy parecida a Huetamo de Núñez COMO cuando uno tiene una novia muy linda, con la que está hace mucho y a la que sabe que quiere bastante pero sabe que es un sentimiento determinado por el tiempo o por lo que se ha luchado por la relación y en eso va y aparece otra, igual de guapa, con mucho interés, te pica el ojo, te da un paseo, te saca a bailar dos veces y te hace dudar.

A la primera la quiero con el corazón a la segunda con la cabeza, a la primera la quiero por costumbre a la segunda por deseo, a la primera la quiero por la fuerza que he hecho a la segunda por la fuerza de lo que quiero hacer, a la primera la quiero porque me hizo soñar a la segunda porque es lo que soñé…

Decisión complicada esta, aunque nada tenga que ver con novias guapas o más guapas…

Ya se con cual me voy a quedar…

No me pidas que me quede esperando, no me pidas que me esconda y me vaya,
no me digas que mejor que me aguante, para ver si la cabeza me estalla
yo no quiero que me agarre la noche, no me pidas que ahora tire la toalla
no me pidas que me vaya corriendo que me rinda sin pelear la batalla…

Más papaya -Sidestepper

Habitantes de Babel – Capítulo 1

Mientras respondía a mis preguntas Giselle miraba de vez en cuando el reloj, no estaba desesperada, imposible en un personaje tan calmado como ella, pero sabía que el tiempo corría y que aun le faltaban muchas cosas por hacer en las 14 horas que le quedaban en Barcelona.Sus respuestas eran claras, concisas, marcadas por la nostalgia y el recuerdo. No es fácil decir adiós al lugar donde viviste 11 años.

No fue posible en un par de horas de rápida entrevista captar todas sus experiencias pero si que fue posible captar toda la fuerza de una larga estancia fuera de su tierra, una larga estancia siendo inmigrante.

Con este capítulo doy inicio a la serie documental Habitantes de Babel, (micro)relatos de inmigración. La idea es mostrar las mil y una historias que vivimos los inmigrantes, las vivencias, los problemas y las alegrías.

http://vimeo.com/moogaloop.swf?clip_id=2344787&server=vimeo.com&show_title=0&show_byline=0&show_portrait=0&color=00ADEF&fullscreen=1

Con habitantes de Babel, no se pretende contar ni triunfos magnificados ni perdidas exageradas sino simples historias de vida, fragmentos de existencia que nos permitan descubrir y describir procesos y conocer el qué, cómo, cuando y donde de toda esa vivencia.

Aprovecho para dar las gracias a todos aquellos que hicieron posible este inicio: Freddy Vargas en el diseño gráfico y Ana Vallejo y Margarita López en la traducción.

De igual forma quiero agradecer el valioso aporte de Joan Planas, Gonzalo Martín, Xavier Muñoz, Roger Casas, Juan David Escobar, Paola Vargas y Julián Ortega quienes con el feedback ofrecido a la muestra previa del primer episodio me permitieron mejorar muchos aspectos que desde adentro a veces se nos pasan.

Así funciona, La historia de los inmigrantes la tenemos que contar los mismo inmigrantes…

Visita http://habitantesdebabel.com

¿Volver? (3/3)

Dicen que no hay dos sin tres, así que para cerrar este ciclo de post sobre el volver a la tierra después de probar la vida del otro lado del charco escucho lo que me cuentan Clarisse desde Brasil y David desde Barranquilla, Col.

Clarisse Coradini, periodista, Brasil

La fecha registrada en mi pasaporte me dice que he regresado de España hace ya casi tres años… pues yo no me fío. De verdad lo que siento es que aún no acabé de hacer esa mudanza, una parte muy importante de mi corazón se quedó allá y como que se recusa a volver. Voy forzando, y recién ahora me siento viviendo más en Florianópolis que en Madrid.

Cuando estaba en Madrid, sentía que la imágen que se hacía de Europa en Sudamérica no correspondía a la realidad, que lo cotidiano era mucho más duro que el sueño dorado que se relaciona al viejo mundo. Ahora, por el contrário, nustra violenta realidad sudamericana me hace creer cada vez más que la calidad de vida corresponde al otro lado del charco…

Y vamos, yo aquí tengo una vida buenísima. No me puedo quejar. De hecho, no me quejo, pero paso los días echando de menos las cosas de España, las noches de marcha, los viajecitos de fin de semana, las amistades de todo el mundo…

Volver es como reconstruir la vida sin tener un objetivo tan claro como era el hacer el master y sin una fecha de final que dejaba los malos ratos mucho más fácil de aguantar – por lo temporal que era todo- Nunca he hecho nada tan maravilloso cuanto lanzarme a vivir en España, tampoco he enfrentado una tarea tan difícil como regresar y rehacer mi vida en Brasil. De todo eso, claro, salgo con más madurez y la idea de que mis proximas vacaciones deben incluir Madrid o sí, o sí.

David Pino, Ingeniero, Barranquilla, Col.

Una de las primeras experiencias que me ubico en la realidad de lo que significaba volver a mi país, después de haber estado dos años por fuera, fue al hacer la escala en el Aeropuerto El Dorado de Bogotá, yo estaba en la puerta de un estrecho pasillo esperando una busetica que según el vigilante pasaba cada cinco minutos, cuando yo llevaba casi veinte esperando (una impuntualidad que absolutamente nada tenía que ver con Suecia o incluso con España, los dos lugares donde viví en Europa); hace unas horas yo había tomado un puntual y moderno tren en el Aeropuerto de Madrid Barajas para cambiar de Terminal; las diferencias tecnológicas, de infraestructura y organización eran más que evidentes y era solo el comienzo, un pequeño hecho que desde temprano me decía: “ya estas en Colombia”.

Sin embargo, todo ello, terminaría pasando, al menos provisoriamente, a un segundo plano por la enorme alegría de volver y de algún modo recuperar lo que siempre había sido mío: ver a mi familia y amigos, volver a mi casa, probar la comida de mi mamá, bailar una salsa en Barranquilla, oír una cumbia, comer un caribañola en la calle, etc…cada pequeño detalle se convertía en un evento único e indescriptible; eran todo un momento de celebración y descubrimiento; con tantas emociones y alegrías en ese período  aún sigo convencido que mis primeras semanas en Barranquilla han sido las mejores vacaciones de mi vida.

Después de este  período idílico y habiendo recuperado cada sensación perdida empieza la realidad, la realidad de reconstruir una nueva vida, porque uno de los mayores engaños que se puede sufrir es pensar que el tiempo se ha detenido mientras uno estuvo fuera y que las cosas seguirán siendo tal como uno las dejo. Entonces, desde encontrar un trabajo y reintegrarse a la vida social, empieza el verdadero proceso de adaptación al regreso; un período en el cual pasan por la mente de uno las antes impensables comparaciones entre un mundo y otro, tratando de responder sin poderlo hacer si era mejor estar aquí o allá, y a veces encontrando como única respuesta la frase “no hay nada mejor que casa”.

Escuchando las historias de los que volvieron me di cuenta que aunque no planee volver por ahora hay mucho por hacer, mucho por apropiarse y mucho por recordar. Es una buena etapa de la vida y por eso hay que seguir trabajando para no tener que escribir mi crónica de la vuelta  a casa todavía .

Gracias a Liliane, Paul, Marianne, Cata, Clarisse y David por  escribir esta sencilla serie de experiencias.

¿Volver? (2/3)

Y sigo escuchando lo que me cuentan aquellos amigos que por una u otra razón aparcaron la búsqueda del sueño europeo y volvieron a trabajar en sus países.

Sus escritos me muestran un ambiente y unas sensaciones, sus descripciones me hacen notar que volver no es tan fácil como parece ni tan difícil que no se pueda, para bien y para mal el ser humano es un animal de costumbres.

Cata es de Bogota, Mariam de Caracas, las dos fueron mis compañeras de piso en la época de Madrid, las dos se devolvieron y las dos tienen algo que contar.

Ana Catalina Baldrich, Periodista, Colombia
Cuando el país es un punto

Regrese a mi Colombia hace un par de años, sin querer para ser sincera ya que España y en especial Madrid me llenaron de vida, de ideas, vivencias y de todo lo que se necesita para sentirte en casa. Sin embargo, por razones que no vienen al caso volví a ella y en ella vivo intentando a diario no extrañar el país del otro lado del océano.

El temor primero del regreso se resumía en trabajo ya que todos sabemos que no es fácil vivir de lo que te gusta en un país en donde la mayoría de los medios pertenecen a unos pocos. Pero la suerte me acompaño así como la experiencia de España que a pesar de la distancia me persigue.

Hoy trabajo para una agencia de noticias española y desde acá no pierdo el contacto con la paella y las tapas, disfruto de la bandeja paisa y el arroz con pollo pero con el gusto del sabor castellano a diario.

Soy feliz aunque extraño, y si extraño es porque cuando puedes vivir fuera de tu burbuja te das cuenta de que tu país no es mas que un punto en un inmenso globo, un punto pequeño que te da las bases para ser quien eres pero que te anima a descubrir los demás puntos. Mi gran país inmenso y rico es solo es un punto y por eso ahora fijo la mente en el resto del mundo que falta por descubrir, una parada en mi propio punto para tomar fuerzas y luego continuar en el viaje preparado para los que amamos la patria pero queremos dejar las fronteras para asumir que nuestra nacionalidad son tres colores que se ven mejor cuando se mezclan con el azul y el verde del globo entero.

Yeimi Ramirez Avila, Venezuela, Periodista

Caminar de eso se trata esta historia. Andar por vez primera, paso a paso si se quiere o al ritmo de las ganas mezcladas con el desconcierto, pero andar. Un largo trayecto lleno de esperas, rostros que se dibujan a lo lejos. Entre éstos se reconoce la imagen de la impaciencia. Valijas que parecieran transitar torpemente entre colores y cargas. Movimiento sí mucho movimiento y al final la palabra esperada Bienvenido pero a qué, a dónde y hasta cuándo. Interrogante esta última que aparece justo en el momento en el que los tiempos deberían importar poco o nada.

Cuentas, no las distancias sino las horas que te separan de ese que piensas es tu lugar. El mismo que dejaste atrás y esperas encontrar cuando la idea del retorno apremie.

Volver, regresar, reencontrar serán las inevitables víctimas de la transformación, de las ganas permanentes, de las dudas, e incluso del riesgo que puede llevarte a la convicción.
Un paso adelante y otro más haciendo espacio entre olores de añoranza, entre el sabor de la sorpresa y la sensación de recobrar aquello que sólo la distancia se lleva.

Transitas, sí transitas como un observador permanente ávido de experiencias que compensen esos primeros días en los que crees que no perteneces a nada y que aquello que consideras es tuyo se quedó unas cuantas horas de vuelo atrás, pero transitas.
De pronto y sin ser un proceso conciente comienzas a pertenecer. Tu rostro se vuelve conocido y tus sentidos ya no libran una batalla de fuerza, por el contrario se acomodan y se establecen. Las leyes de la adaptación se apoderan y más que sobrevivir, vives, convives, descubres, experimentas, conoces y reconoces que puedes tener un lugar incluso a más de 9 horas de tus memorias.

Comienzas el día sin costumbres, llega la tarde sin hábitos y la extraña noche se acomoda por aquello de las diferencias horarias que cambian tu biología interna y te diseñan un nuevo esquema. Pronto te haces cómplice del cambio, comienzas a notar que tu experiencia no es única, se multiplica entre muchos que dieron el paso de caminar en una nueva historia.

Te identificas y te agrupas. Los días se te hacen más personales, propios, entre las abundantes diferencias con las que no puedes hacer algo distinto a crecer. Terminas dejándote seducir por esa abrumadora y encantadora avalancha de experiencias. Te vuelves otro, ¿mejor? sólo otro. Uno que aprendió a lidiar con las diferencias y se creció en ellas. Uno que sabe que esta marcha se trata de aprendizaje. Uno decidido absorber hasta el último acento que te enriquezca.

A la par de todo este devenir de historias el tiempo ha seguido su curso aquí cercano y allá de donde a diario recibes cartas, bendiciones, llamadas de larga distancia que te mueven los recuerdos para que no olvides de dónde viniste. Lugar en el que dejaste una puerta abierta y detrás de la que habrá en todo momento la posibilidad de tocar de cerca tus memorias y regodearte entre el tiempo que te hizo crecer.

Vuelves siendo otro ¿mejor? insisto sólo otro.

¿Volver?

 Hace poco cumplí 4 años viviendo en España y como para variar en este tipo de fechas estuve haciendo un análisis de lo que se ha hecho, lo que no, lo que viene, lo que falta, lo que sobra y demás pendejadas que se le da a uno por pensar en este tipo de aniversarios.

Pensé en lo difícil que puede ser volver a mi país en este momento cuando ya no se ni de donde soy, si de la tierra del vallenato, el divino niño y las arepa e`huevo o del de las sevillanas, las sardanas y los toreros o peor de ninguno de los dos.

Pensar sobre un posible retorno a mi país, sobre lo que me podría encontrar o cómo sería volver después de tanto tiempo fuera viviendo otra realidad es en estos momentos una utopía pues por ahora sigo plantado por acá, cada vez con más proyectos, cada vez más integrado pero aun así surgió la necesidad de preguntarme ¿y si regreso qué?

Se me ocurrió entonces darle la palabra a unos cuantos amigos  que han vivido de este lado del charco y ya han vuelto a sus países de origen, ya saben lo que es vivir de nuevo allá y ya saben lo que es aprender o reaprender ciertas actitudes, comportamientos o modos de ver la vida.

La idea es plasmar en un par de post (economía del espacio) sus nuevas experiencias y como cambió su manera de ver la vida estando acá y ahora volviendo a estar allá.

Entonces que hablen los invitados.

Liliane Dutra Brignol, Brasil, periodista.

No es una tarea fácil hablar de la experiencia de ir y venir. Sobretodo porque, como dicen los estudiosos de las diásporas, estamos todos de algún modo lejos de casa. Pienso que, unos más, otros menos, vivimos en transito. Pero quien aventura la experiencia de hacer las maletas y cruzar fronteras (no solo de países, sino también de culturas y modos de vida) es impactado para siempre por un sentido de desplazamiento que, creo, nos acompaña donde quiera que estemos.

Ya se me olvida el castellano que tanto me ha costado aprender. Fue sólo un año en España y ya sabía exactamente cuando tendría de volver. No sabía que me costaría tanto. Siento una “saudade” de Barcelona – y aquí sólo puedo usar la palabra portuguesa para decir cuando algo o alguien nos echa de menos. Es una leve sensación de vacío por lo tanto que he vivido en sus calles, plazas, barrios, por la gente que he conocido.

No tengo una conclusión muy clara sobre que significa volver. En los primeros días, seguramente, es fiesta: comer churrasco, tomar mate, estar con la familia, con los que amo. Luego se empieza a mirar la ciudad, la gente y sus costumbres con cierta extrañeza impensable si no fuera por la distancia. Después viene la nostalgia y un intento ingenuo de comparación entre lo que dejamos afuera y lo que tenemos acá. Pero la experiencia no está hecha solamente de añoranza. Queda la sensación, no muy tranquila, de que pertenecemos a muchos sitios al mismo tiempo. Que volver y partir hacen parte del mismo movimiento.

Paul Brito, Barranquilla, Escritor

El hábito de la desintegración

Acuciados por la nostalgia, muchos emigrantes latinoamericanos terminan volviendo a su tierra. El regreso al lugar donde crecieron, donde se enamoraron por primera vez, donde sus abuelos todavía viven en cuerpo o memoria, es una experiencia emocional. Pero, sobre todo, una experiencia intelectual. ¿Quién podrá abstenerse de sacar diferencias, de sopesar lo que volverá a encontrar frente a todo lo nuevo que ya ha vivido?

Si un día muchos encontraron defectos y carencias en la ciudad o país que los recibió, en sus personas y costumbres; si muchos se quejaron por la ausencia de algún valor que abundaba en su sociedad natal, ahora seguramente vivirán la experiencia contraria: armados de una nueva visión del mundo, de una serie de valores o virtudes recogidos casi inadvertidamente en su nuevo hogar, criticarán y rechazarán los prejuicios locales y las anomalías y tramoyas autóctonas en las que una vez estuvieron sumidos sin darse cuenta.

Esa lucidez, fruto de una eterna condición de desterrados, los lanzará para siempre a desmontar las sociedades a las que lleguen y a desmontar también sus propios referentes y su propia identidad. Se puede decir que, desde el momento en que uno abandona su país, adopta el hábito de la desintegración que para muchos es afortunadamente la mejor forma de deshacerse de nacionalismos peligrosos, defectos históricos y cicatrices colectivas, y alcanzar su propia identidad como seres humanos.

—-

Y tu ¿has vivido fuera y ahora vives de nuevo en Col. ? ¿cómo ha sido el cambio? o ¿vives fuera y te has preguntado como sería volver a vivir allá?

4 años en (casi) 4000 mil imágenes

Cada año cuando llega este día me pongo a pensar en el tiempo que ha pasado, cada vez veo más lejano aquel día en que me monté a un avión en el aeropuerto El Dorado de Bogotá y crucé el charco.

Hoy hace 4 años aterricé en España, 4 años en los que he vivido, trabajado, estudiado, viajado, relacionado y varios “ados” más.

No tengo muchas ganas de repetir en palabras y versos cuan importante y enriquecedora ha sido la experiencia, hoy prefiero dejar que las imágenes hablen por si solas porque si una imágen vale mas que mil palabras ¿cuanto valen 4000 imágenes?

[blip.tv http://blip.tv/play/ga9E08AJAA]Offside
Lo mejor es que de una u otra manera siempre has estado por ahí.

4 años en (casi) 4000 mil imágenes

Cada año cuando llega este día me pongo a pensar en el tiempo que ha pasado, cada vez veo más lejano aquel día en que me monté a un avión en el aeropuerto El Dorado de Bogotá y crucé el charco.

Hoy hace 4 años aterricé en España, 4 años en los que he vivido, trabajado, estudiado, viajado, relacionado y varios “ados” más.

No tengo muchas ganas de repetir en palabras y versos cuan importante y enriquecedora ha sido la experiencia, hoy prefiero dejar que las imágenes hablen por si solas porque si una imágen vale mas que mil palabras ¿cuanto valen 4000 imágenes?

[blip.tv http://blip.tv/play/ga9E08AJAA]Offside
Lo mejor es que de una u otra manera siempre has estado por ahí.