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La inmigración, un tema con mucha tela por cortar

A veces me pasa que por el hecho de postear mis pensamientos termino creyendo estar en en posesión de verdades absolutas y está claro que no es así.No tengo ninguna verdad absoluta y menos en un tema con tantas aristas como es la inmigración. Trato de mirar todas sus vertientes pero nunca logro llegar a un consenso.

La sociedad española es una sociedad sin memoria histórica, eso es algo que he leído y releído pero sobre todo que he visto con mis propios ojos: en los años de la guerra civil española, allá por los años 30, Franco y secuaces hicieron salir corriendo por diversas causas a más de un español; el resto de Europa, América del sur y muchos países más se volvieron receptores de miles de españoles que huían de un futuro incierto, estos fueron acogidos, a algunos les fue mejor a otros peor según el sitio en que recalaron pero en su mayoría pudieron prosperar y llevar una vida digna sin tanta represión. Ahora cuando España -por obra y gracia de su “europeización”, sus relaciones históricas con Latinoamérica y su cercanía geográfica con el sur de África- se ha vuelto país receptor de un flujo constante de todo tipo de inmigrantes (desde los que vienen a cursar sus estudios y terminan como cerebros fugados desde sus países hasta los que llegan muerto de fríos y con mil sueños en una patera) su sociedad da la espalda y se escuda en un extremo “por mi que saquen de aquí a todos esos inmigrantes de mierda”.

No, no es una generalización o si, lo es, pero tengo claro y es seguro que hay un alto porcentaje de la población que acepta sin cortapisas el flujo migratorio , disfruta sus beneficios y entiende sus desventajas. También es cierto que hay otro porcentaje de la población, menor pero aun así elevado, que escudado en una actitud “facha” aspira y espera que la política anti- inmigrantes del Partido Popular encabezado por Mariano Rajoy -que no es más que humo con tufo a xenofobia según afirmo el ministro Alfredo Rubalcaba- prospere pues los “moros” y los “sudacas” no son personas dignas de compartir su preciado territorio y que si lo comparten deben aprender un catálogo de costumbres españolas (comer tortilla de patatas, paella y sangría, ver el fútbol en el bar de la esquina y demás por el estilo).

Cada día en calles, cafés , bares, buses y almacenes se suceden una detrás de otra conversaciones en las que locales y extranjeros debaten sus puntos de vista sobre el tema. La última que viví en primera persona fue intensa.

Siete personas en la mesa, 5 inmigrantes y 2 españoles. Cada uno da su visión y el otro la acoge… o no. Hay gente de mente muy cerrada. Al ver “como está el patio” yo con una coca cola en una mano, un pa amb tomaquet en la otra y el periódico en la mesa decido, por una vez, no meter mi cucharada, no dar mi punto de vista tantas veces compartido y me dedico sólo a escuchar.

– Es que si por mi fuera sacaban a los inmigrantes de aquí mañana mismo.
– Hey tu no puedes hablarle de inmigrantes a un inmigrante, eres tonta o que?
– No, no me refiero a uds. me refiero a moros, rumanos y eso.
– No, de eso nada, inmigrantes somos todos y jugamos con las mismas fichas.
– Claro, pero es que algunos venís a no hacer nada y más bien a robar.
– Momento, que en esta mesa casi todos somos inmigrantes y casi todos tenemos más de un Master, se que hay algunos que vienen a rascarse la barriga o a tramoyar pero la mayoría venimos a trabajar como burros.
– Y sobre todo en trabajos que la gente de acá no quiere hacer.
– Como que no, la gente acá trabaja y duro, lo que no puede ser es que esta gente venga a quitarnos el trabajo.
– No, eso de esta gente es super despectivo, dos nadie le quita trabajo a nadie y tres lo que tu dices confirma que las generalizaciones no hacen bien a nadie.

Cada uno defiende como león sus puntos de vista y opiniones y yo sólo escucho. Se me ocurre mencionar hechos palpables que conozco de primera mano que podría reforzar una teoría u otra pero decido “pasar con fichas” y prefiero interiorizar mis pensamientos y que cada uno aprenda los conceptos a su ritmo.

Siempre he entendido que muchas de las múltiples realidades de hoy día, incluida la realidad de la inmigración, son simples fantasías aceptadas, aprendidas y codificadas por sus propios actores. Habrá que ver si poco a poco, discusión tras discusión el concepto inmigrante y sobre todo la mente de la gente evoluciona.

Mientras tanto miles siguen en la misma rutina…

El sol quemándoles la entraña, ¡uf!
un formulario de consuelo
con una foto dos por cuatro
que se derrite en el silencio
¡Oh! oh…
Buscando visa para un sueño
buscando visa para un sueño

Offside
Se que insisto e insisto pero es que si un tema me toca, me toca.

PD
Los integrantes del Vlog Internacional hemos vuelto de nuestro largo letargo navideño con nuevo video el tema: adivinen… si, la marcha de NO MÁS FARC en nuestras distintas ciudades no se pierdan EL VIDEO

Tranquilo Bobby, tranquilo…

Fue un día de esos en los que te preguntas sobre el porqué de las cosas, de hacia donde van o de si vale la pena tanto y tanto sacrificio… como siempre la respuesta es si, si vale la pena. Algún día se verá retribuido. Aun así, no puedes evitar que la menta levite y piense en lo mierda que puedo llegar a ser todo.Aquí es cuando surgen mil manos amigas y no tanto y dan pequeños golpes de espalda, tranquilo bobby tranquilo; pero no es fácil, porque lo que te repiten una y otra vez ya lo sabes, sólo quieres sentir al desazon de tener y no tener claro todo y nada.

Como siempre, cual tarta de crema en cara de payaso la realidad se estrella en mi de mil maneras, cual más directa.

  • Yo recuerdo al comienzo, me paseaba por Passeig de Gracia tratando de matar el hambre con algún cigarrillo pedido por la calle, no tenia ni un duro.
  • Yo lo que hacía es que me iba a la verdulería frente a mi casa todas las noches y esperaba a que cerraran para recoger las verduras que botaban, la mayoría estaban buenas, no te imaginas los coliflores que cogíamos.

Es hora de cenar, los que hablan son el jefe de cocina y el camarero del restaurante en el que trabajo en las noches (eso ya será otra historia), argentinos los dos, con mucho recorrido por el mundo e historias mil por contar.

  • Al principio me daba asco venia de vivir en Surafrica donde ganaba super bien y vivía mejor y acá me tocaba comer mierda… me sentía super mal con eso. Poco menos que un pordiosero.- Dice el cocinero recordando viejas épocas.
  • Era super heavy. A mi al principio igual pero llegó un punto en que me dejo de importar, era una simple cuestión de supervivencia. –empieza a recordar el camarero-

Yo escucho las historias, mientras como callado muy callado mi delicioso wok de gambas, llega un punto en que el silencio imperante me hace sentir que que los dos esperan que cuente
MI historia de vida en España.

  • Pues yo recuerdo… una vez… no en realidad… – Mi voz duda, busca, busca, busca y no aparece nada-

No, no me sale ninguna historia al nivel de las que han contado ellos y es que pese a que a veces siento que me quejo mucho por todo lo que me toca trabajar para seguir Living la vida en BCN speculatively desde que cambié mi chip de estudiante becado a inmigrante llevado nunca me ha faltado trabajo y por ende nunca me ha faltado comida para echarme a la boca.

  • Joder tio, nos tocó el único colombiano pijo (de dinero) que no ha pasado hambre. – se rió uno de ellos.
  • No me lo creo, nadie llega con el pan debajo del brazo, no como inmigrante- Apostilló el otro.

Los dos se rien a carcajadas y yo me les uno, es verdad, no puede haber sido tan facil. Entonces les cuento que aunque no haya pasado hambre si que ha sido un camino duro y culebrero, que me ha tocado hacer mil sacrificios, jornadas interminables, doble trabajo, cero fin de semanas libres y cero vacaciones todo esto combinado con la terquedad de estudiar y meterme en mil actividades más que pese a su poco rendimiento económico son las que me han permitido que la cabeza no naufrague, aunque a punto haya estado.

  • ¿A partir de cuando empezó a mejorar todo?- le pregunta uno al otro.
  • Como al año y medio de estar por acá, fue cuando empeceé en la inmobiliaria. Al menos ya había carne en el plato un par de veces por semana.- Dice uno de ellos mientras se rie estrepitosamente.
  • Para mi el primer año fue caso especial porque no estaba en el plan de trabajador sino estudiaba con beca y eso me dejaba estar más tranquilo pero después tarde más o menos ese tiempo en adaptarme y acomodarme.- Afirmo yo con la propiedad del que también le ha tocado complicado.
  • Si, yo creo que ese es como el promedio.- Sentencian los dos con la voz de la experiencia.

Lo más curioso es que la conversación surgió de la nada mientras conversabamos sobre los Okupas -jovenes que deciden vivir sin reglas y que no tienen ni sueldo ni entrada fija pero
que aun así parecen pasarlo muy bien- y su estilo de vida. Tambien es interesante que en ningún momento sentí de parte de ellos rencor, molestia o resentimiento por las duras vivencias pasadas, más bien muchas risas al recordar como se las ingenia el ser humano para sobrevivir a las pruebas más duras.

Como siempre, al más mínimo intento de que mi cabeza empiece a pensar pendejadas por la situación, que a veces parece interminable y a veces se ve su perfecto resultado a la vuelta de la esquina, aparece algo o alguien que me hace pensar y reflexionar sobre lo que siempre he sabido: el esfuerzo siempre valdrá la pena, hoy, mañana y siempre…
Dietikon
Tranquilo bobby, tranquilo.

Offside
Se siente un fresco…

Dando mi opinión…

Esa era la idea al menos

  • No puedes ser periodista, ni publicista, ni audiovisual ni nada relacionado con medios- me dijo con vehemencia la voz al otro lado del teléfono.
  • Ehhh. Bueno y entonces ¿que soy?- le pregunté entre asombrado y tranquilo.
  • Da igual, ingeniero, arquitecto, médico o abogado, lo que sea- dijo con la convicción propia de quien ya ha cambiado de profesión a más de uno.
  • Bueno ya está, seré arquitecto- le dije no muy convencido de recordar en el momento preciso mi nueva profesión.

Días después, en la sala de recepción de la empresa cuando iba a firmar mi consentimiento para el estudio no pude menos que sonreír al ver junto a mi nombre mi nuevo –y momentáneo- status de constructor.

Fast forward – rewind – fast forward

Un momento ¿que fue lo que pasó aquí?. Muy bien, empecemos por el principio. La vida de un estudiante trabajador en Barcelona exige medírsele a lo que sea , como sea y donde sea para conseguir mantener la cuenta bancaria en un nivel decente, es así como aparte de mis dos trabajos actuales siempre ando a la búsqueda de nuevas oportunidades temporales de ingresos extras que provean de algún euro de más.

Esto que cuento se refiere a una de esas oportunidades: Un estudio de mercadeo para una compañía X; para variar me contactó un amigo de un amigo de un amigo y a través de el contacté con la “reclutadora” que fue quien me hizo “cambiar” de profesión. La razón es más que obvia, a la empresa que hace el estudio les interesa conocer la opinión de gente de la calle sobre X item de su producto, campaña o promoción y necesitan gente que sea más “manipulable” a nivel de técnicas de marketing y entrevista.
Ok, No hay problema dejo de lado mi diploma y estudios de periodismo y me vuelvo arquitecto por el bien de la humanidad de mi cuenta bancaria.

Fast forward – rewind – fast forward

7 pm. Dirección tal con tal. Llego puntual, subo 2 pisos. Firmo la hoja de consentimiento paso al lado del otro participante lo saludo como saluda uno a un desconocido. La secretaria está tan ensimismada en su trabajo que no nota el esfuerzo sobrehumano que hacemos los dos para aguantar y no reírnos: es uno de mis amigos pero para no causar contradicciones en el estudio debemos obviar ese dato.

Entramos a la sala, más aséptica imposible, paredes de tonos simples, una mesa con dos micrófonos Shure en el centro, 4 sillas, una botella de agua y 3 vasos desechables y al fondo de la sala, imponente, el espejo doble desde donde seguro nos observaban (como en CSI observan a los acusados) y poco más abajo una cámara, el ojo que todo lo ve.

El transcurso del estudio no tiene gran cosa que contar, preguntas sobre nosotros para romper el hielo, después preguntas y más preguntas sobre el producto en cuestión, preguntas sobre cual nos parecía mejor enunciado para la campaña publicitaria, preguntas sobre cual nos parecía mejor oferta, en fin una gran compañía pretendiendo escuchar al ciudadano de a pie para después igual hacer lo que le da la gana.

Los realizadores del estudio pueden estar tranquilos porque las respuestas que di si que fueron reales e intenté ayudar lo máximo posible, se aprendieron un par de cosas a nivel de grupos focales y poco más. Se acabó el estudio, nos dieron las gracias y un sobre con un billete de 50 y uno de 20 euros. No está mal por una hora de “trabajo”.

Salimos a la calle, me despido de mi amigo, nos miramos y no sabemos si reírnos una vez más o carcajearnos de las cosas que termina haciendo uno cuando está Living la vida en Barcelona.

Una experiencia más de aquellas para echar al saco de los recuerdos. Es que siempre hay mucho por contar.

Offside
Mensajes que van y vienen hacen que todo funcione. ¿No?

Ahora le llaman Ravalkistan…

Algunos lo conocen como El Raval, otros como el barrio chino y otros como el arrabal, me da igual como lo llamen, la verdad a mi me gustó desde la primera
vez que pase de visita por Barcelona, sus calles estrechas, los edificios viejos con ropa colgando
en los balcones, su amplia Rambla con el gato de Botero casi al final, su multitud de lenguas que
se entrecruzan marcando una globalización elevada al cien, sus estéticos graffities, sus habitantes con togas, jeans y zapatillas.

El Raval es el barrio multicultural por excelencia en una ciudad multicultural por excelencia como es Barcelona y eso ya es bastante decir, en el conviven gente proveniente de distintas nacionalidades, de múltiples saberes, múltiples costumbres y hasta de múltiples olores y sabores.

Comprensión, buen rollo, amistad, intercambio cultural, delicioso doner kebab, el imperdible bar Marsella y sus borrachitos de absenta… tantos espacios disfrutados de un barrio que es una pequeña muestra de aquel abstracto concepto que es la globalización y ahora le llaman ravalkistan de manera despectiva porque unos -tan sólo 12 de más de 6000 pakistanies que lo pueblan- decidieron tomarlo como centro de operaciones de un posible atentado terrorista en la ciudad condal.

La gente en la calle opina sin saber, habla por hablar y preconceptualiza en defensa propia. Ya vi como una pareja se cambiaba de acera porque venía un pakistaní acompañado de su mujer vestida con el típico burka, oí a otro diciéndo por móvil que no volverá a los bares del raval porque “uno nunca sabe que planean esos pakis de mierda”, y olí el miedo en una pareja que caminaba con pies de plomo por el Carrer Nou de la Rambla. Se siente una ingente ley del silencio imperando en cada esquina, se siente el miedo en la gente, piensan que en la próxima esquina saldrán en átomos volando por culpa de Alá.

Los lideres de las comunidades pakistaníes en BCN temen por una posible ruptura en la convivencia, yo temo más por la salud mental de aquellos que siguen creyendo que en el siglo 21 todavía tienen que seguir pagando justos por pecadores.

Offside
Andar “ebrios de sueños” tiene sus ventajas… eso me aseguraron por ahí al menos.

Cuanta historia de vida sin contar

– Si eres negro y africano te miran siempre de lado y los trabajos que te ofrecen son trabajos de mierda, trabajos a los que no todos por ser de africa estamos acostumbrados. Yo he intentado de mil maneras trabajar en mi arte y ha sido imposible.

Las manos gastadas, algunas canas prematuras y el cansancio en sus ojos marcan a primera vista lo duro que ha sido el proceso migratorio para Kaluk.

Lo conocí­ de una manera extraña, básicamente fue un “Mi oí­do en tu ventana” pero al revés, esta vez al que oyeron fue a mi.

Iba en el tren hablando por el móvil, ultimando detalles de la organización  de la comparsa del Carnaval de Barranquilla en Barcelona y comente con mi interlocutor que mientras el cupo de mujeres ya estaba lleno todavía hacían falta más hombres que quisieran bailar el Garabato.

– Yo se bailar y muy bien, hice danza clásica y danza moderna y bailaba en un grupo de ballet-
me interrumpió bruscamente el -en ese momento- desconocido Kaluk

-¿Ehhh??? – tal intromisión en mi conversación, dura y directa, me descolocó.

Me pidió disculpas por escuchar mi conversación a la vez que reafirmaba sus dotes para la danza, creyendo -supongo- haber encontrado  a ese agente que le devolverí­a a las tablas, que le devolverí­a la ilusión con la que muchas noches habí­a soñado.

Asumo que, una vez más, derrumbo sus  sueños cuando le expliqué que yo no representaba a ninguna compañía de danza ni nada por el estilo sino una simple Asociación Cultural totalmente voluntaria y en la que quienes bailan lo hacen por amor a sus raices.

Su cara se apagó, la alegrí­a o expectativa de minutos antes se esfumó rápidamente.  Se disculpó nuevamente y se volvió a encerrar en su pequeño mundo.

El tren siguió andando, todaví­a me quedaban unas cuantas estaciones para mi destino, es en esos momentos muertos en donde surge ese espí­ritu preguntón e interesado en conocer mil historias de vida que vengo cultivando hace un tiempo. En una única frase le preguntó varias cosas.

Como un resorte brinca, parecí­a que hubiera estado esperando mis preguntas; a decir verdad pregunto porque eso todaví­a no paga impuestos pero dado el caracter reservado -un cliché más- de los africanos no esperaba más que escuetas y poco comprometedoras respuestas. No, Kaluk de escueto tení­a poco, su locuacidad competí­a con la del más hablador de los habladores.

Viene de Guinea Ecuatorial, paí­s africano de donde salió -como casi todos los inmigrantes- con miras a un futuro mejor, no dejo ni esposa ni hijos pero si a su madre y a seis hermanos. Llegó a España hace seis años, pero antes estuvo dos en Inglaterra, paí­s al que no quiere volver nunca porque “acá me podré quejar del trato, pero al menos puedo llegar algún día a  ser alguien, pero allá ni existía, no quiero eso para mi vida de nuevo”. Después de 5 años trabajando en “lo que saliera” -denominación que incluye trabajar como camarero, peón, limpiador,albañil y hasta portero de discoteca- hace un año logró conseguir el anhelado permiso de trabajo.

Aunque fuera bailando y en montajes teatrales, en su lejana Guinea siempre habí­a trabajado muy duro,  por lo que aunque tuviera que cambiar el registro no le fue dificil adaptarse al estresante diario vivir; eso si, con dos trabajos y poco tiempo para descansar trata de
dedicar tiempo a sus amigos de Guinea y de todas partes pues dice que si hay algo que le
gusta de Barcelona es el poder compartir con gente proveniente de diversas culturas eso si “con los catalanes no tanto, tendré uno o dos amigos y ya está pero es que son muy cerrados”.

– Propera estació Fontana –  dicen los altavoces del Metro.

Se aproxima mi parada y quisiera seguir preguntándole mil cosas, plasmar sus vivencias,  plasmar su duro camino como un recordatorio mas que por mucho que nos quejemos por nuestras duras etapas siempre hay alguien que le han tocado más piedras en la ví­a.

Se me ocurre. Plasmemos su historia en 25 frames por segundo, la historia que no se cuenta se pierde.

– Dame tu email y asi te escribo a ver si  hacemos un documental sobre tu experiencia como inmigrante
– le dije con afan pues el tren ya entraba a la estación.

¿ mi que?– me contesta con cara de extrañeza

– tu correo electrónico– le digo yo más extrañádo aun

– no se que es eso-
reconoce con algo de pena.

El tren para, me tengo que bajar, ya voy tarde a mi cita, le pido el teléfono mientras me bajo corriendo, se cierran las puertas y me faltan dos digitos…

Otra historia de vida que sólo se quedara en la cabeza del que la vivió.

Offside
Quisiera poder tomar un jet, comprar un pastel con 48 velas, plantarme en Bello Horizonte y cantar con mi horrible voz el cumpleaños feliz más sentido y añorado del mundo, pero no puedo, entonces no me queda más que decirte por esta ví­a cuanto te quiero. Feliz cumpleaños Mamá.